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Para muchos, la pintura es sencillamente un hobby con el que pueden relajarse y disfrutar de un rato de distensión, olvidándose de todos los problemas del mundo exterior. Coger el pincel, el lápiz o incluso la tableta digital, y dar rienda suelta a su creatividad, es lo que le llena y hace felices. Solo como una forma de pasar el rato y liberarse del estrés. Sin embargo, hay gente que sueña con dedicarse plenamente a la pintura, y se esfuerza por conseguir cada vez mejores resultados cuando está pintando o dibujando. El sector del arte no es precisamente estable y muchos terminan tirando la toalla y accediendo a trabajos más “normales”, pero también mucho más aburridos. El talento es imprescindible para convertirnos en buenos pintores pero por encima de todo, la perseverancia es lo que nos permitirá llegar lejos. Y sí, se puede vivir del arte, aunque sea complicado, siempre que sepamos encaminar nuestros pasos.

La preparación de un artista lleva años, seguramente décadas, desde el momento en el que decide que quiere crear arte con sus manos. Es un aprendizaje que, de hecho, nunca termina realmente. Siempre hay nuevas formas de expresarse, nuevos retos a los que enfrentarse a la hora de dibujar. Cuando esto se convierte en un trabajo, en muchas ocasiones también debes estar pegado a los encargos que te hacen, que son los que pagan las facturas. Tal vez no puedas dibujar siempre lo que te apetece, pero eso no significa que dedicarte a esto no sea una auténtica maravilla. Pasarás por diferentes etapas y tendrás que adaptarte una y mil veces a otros estilos, a otras situaciones. Desde dibujar los típicos bodegones que todo alumno hace al principio hasta dominar el arte del retrato, o el desnudo artístico. Esta última alternativa es una de las más sonadas y especiales porque a todo el mundo le llama la atención ver un cuerpo desnudo, aunque sea dibujado. Como en la mítica escena de Titanic donde Rose posa para Jack, la mayoría de cuadros de este estilo se crean con modelos reales posando frente al pintor, sin nada de ropa encima.

El arte de pintar el cuerpo desnudo

El desnudo artístico ha sido un género presente en la pintura desde el principio de los tiempos. Teniendo en cuenta que el ser humano nace desnudo y solo se viste para cubrirse del frío y los agentes externos, es natural que esa desnudez haya sido repetida mil veces en el arte. Los griegos, por ejemplo, dibujaron y esculpieron muchos cuerpos desnudos con una perfección que incluso cuesta encontrar hoy día. La Edad Media fue una época más oscura ehn este sentido, por las reticencias de la propia religión. En el Renacimiento, el arte del desnudo volvió a cobrar importancia, aludiendo precisamente a esa referencia grecolatina. Y desde entonces, el desnudo artístico ha servido para provocar, para embelesar, para denunciar, para transgredir, para mostrar una parte de nosotros que no suele mostrarse. Por eso es una forma tan especial de dibujar, por todo el morbo que transmite, y por la belleza humana entendida en su forma más esencial.

Modelos amateurs

Pero para dibujar un desnudo artístico necesitamos precisamente un o una modelo que nos sirva de referencia. En las escuelas de arte se suelen encontrar muchas clases donde se crean este tipo de dibujos, gracias a esos modelos amateurs que posan sin ropa. Es una situación algo embarazosa al principio, eso sí, pero también sirve precisamente para perder la vergüenza en torno al desnudo. Si queremos dibujar el cuerpo humano en todo su esplendor no podemos ponernos tabúes desde el primer momento. Debe ser algo que salga lo más natural posible. Y eso se consigue a través de la asimilación del propio cuerpo, y de todas las partes, teniendo enfrente el modelo en cuestión. Cada trazo será más preciso si tenemos esa referencia y podemos desarrollarla.

Para escoger a los modelos, normalmente se buscan cuerpos bien definidos, ya que sirven para marcar mejor todas las zonas, incluyendo también los genitales si fuera necesario. Por ello, los modelos que trabajan como referencias en estos desnudos suelen ser personas atractivas con buenos cuerpos. Las escuelas de arte ofrecen un pago para que ellos posen, y para muchos modelos amateurs o semiprofesionales que están empezando es una verdadera oportunidad. Ganan algo de dinero y además practican para quitarse de encima la vergüenza que puedan tener al mostrar su desnudez, algo habitual en el mundo del modelaje. Así matan dos pájaros de un tiro y además cumplen el sueño de ser musas para pintores y artistas.

Prostitutas

En algunos casos es complicado encontrar a modelos amateurs que estén dispuestas a posar desnudas, ya sea por vergüenza, falta de tiempo… La desnudez todavía es algo que se ve de una manera sucia en muchas ocasiones, en lugar de ser algo natural. Solo unas pocas mujeres están acostumbradas a trabajar desnudas, y son las prostitutas y bailarinas de striptease. Estas profesionales del placer también realizan, en muchas ocasiones, trabajos de este tipo, tanto para artistas pintores como para fotógrafos. Es una forma de complementar su trabajo como amante profesional, relativamente lucrativa, y que además le permite descansar de tanto sexo, algo que a veces viene bien cuando te pasas el día en la cama.

Las prostitutas también están marcadas por ese estigma que hace del sexo un tabú, pero se lo toman de una manera mucho más natural. Es común que a la hora de empezar a dibujar desnudos, los artistas no logren encontrar a una chica que quiera posar para ellos. Las modelos incluso pueden pedir mucho dinero por hacerlo… así que la opción de contratar a una prostituta puede ser una buena solución. Ella cobrará un servicio por horas y el pintor en cuestión podrá realizar su cuadro sin tener que estar cuidándose de no “molestar” a la chica. Evidentemente, en estas situaciones hay cierta tensión sexual, sobre todo al principio, pero debemos tener muy claro que estamos ahí para crear, para pintar. Si queremos hacer alguna otra cosa, hay que pagarla aparte…

Alumnos que lo hacen por dinero

El dinero es una de las grandes motivaciones que encontramos hoy en día para hacer cualquier cosa. Y sí, por dinero somos capaces de desnudarnos, si no tenemos mucha vergüenza, para posar delante de una clase llena de compañeros. A veces son los propios alumnos de la escuela de arte los que posan desnudos frente al resto. De manera totalmente explícita o tapándose un poco, ya que el desnudo tampoco tiene que mostrarlo todo en realidad. Esta “solución de emergencia” es utilizada en muchas clases cuando no hay presupuesto para pagar a nadie o no se encuentra ningún modelo amateur que quiera posar de esa manera. La sensación de sentirse observado por los compañeros puede ser algo intensa al principio, pero naturalizar el momento es la mejor opción. De hecho, también nos permite abrir la mente a la hora de crear, ya que podemos conectar mucho mejor con ese otro lado, el del modelo.